Indice de la nota
Fuente: Mayo Clinic
A todos nos ha pasado durante el confinamiento, que llegada la hora de ir a la cama hemos tenido problemas para quedarnos dormidos o dormimos, pero sentimos que no descansamos.
Este fenómeno se ha incrementado con el paso de los meses y el encierro debido a la pandemia mundial, pero en The Label te dejamos algunos consejos para mejorar los hábitos del sueño y ayudarle a nuestra mente y cuerpo a descansar mejor.
Tanto el estrés laboral, como las responsabilidades familiares, los desafíos a los que nos enfrentamos a diario y la incertidumbre de vivir una pandemia mundial hacen que resulte muy difícil lograr un sueño de calidad. Y si bien es posible que no podamos controlar todos los factores que interfieren en nuestra manera de dormir, sí podemos adoptar hábitos más saludables que fomenten una mejor calidad de sueño.
Es ideal que duermas entre 7 a 8 horas que es lo recomendado para un adulto. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días e intenta que la diferencia de horas de sueño entre los días de semana y los fines de semana no sea superior a una hora. Si luego de 20 minutos aún no logras conciliar el sueño, levántate y haz alguna actividad relajante como meditación o respiración consciente, escucha música relajante y vuelve a intentarlo solo cuando estés cansado o cansada.
No te acuestes con hambre, pero tampoco con el estómago lleno. Evita las comidas pesadas o muy abundantes cerca de las hora de acostarte, porque esa incomodidad puede influir en que te cueste dormir. Además, tener cuidado con la nicotina, la cafeína y el alcohol, ya que el efecto estimulante de éstas pueden tardar en desaparecer.
Habilita tu habitación para que sea un lugar apropiado para dormir, intenta que sea una habitación fresca, oscura y en silencio. Evita la exposición a la luz y el uso prolongado de pantallas que emiten luz justo antes de irte a dormir.
Las siestas largas durante el día pueden interferir en el sueño nocturno. Si optas por dormir una siesta, que no sea de más de 30 minutos ni al final de la tarde.
La actividad física regular ayuda a dormir mejor. Sin embargo, evita el exceso de actividad cerca de la hora de acostarte.
Trata de resolver tus preocupaciones o inquietudes antes de irte a dormir. Toma nota de lo que piensas y déjalo para el día siguiente.
Recuerda que el manejo del estrés puede ser de ayuda. Comienza con conceptos básicos, como organizarte, establecer prioridades y delegar tareas.
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