La locura del corte de cabello en pandemia: ¿Por qué lo hacemos?
Beauty / 30 abril, 2021 / 4 minutos de lectura
Escrito por
Camila Saa
Detrás de la tendencia creciente en pandemia a cortarse o raparse el cabello, hay una explicación, y aquí te lo contamos junto a un psicólogo.
En el 2007, la imagen de Britney Spears rapándose el cabello fue capturada por decenas de periodistas y fotógrafos de todo el mundo. ¿La razón? Una profunda crisis emocional provocada por problemas familiares.
Sin embargo, ella no es la única. En la ficción, está lleno de relatos y escenas donde las personas -muchas veces mujeres- se cortan el cabello cuando su vida ha dado un vuelco radical. Y es que las películas, series y libros no están tan lejos de la realidad: Todos hemos conocido a alguien que tras una ruptura amorosa, un despido o una crisis emocional, reaparece ante todos con el cabello cortado o teñido, como si fuese otra persona.
Hoy en día, la pandemia ha traído a nuestras vidas una constante sensación de crisis, fatiga e incertidumbre, provocando que muchos hayan, a modo de experimentación, cambiado radicalmente su imagen personal.
¿Por qué queremos vernos diferentes tras tiempos de crisis emocionales? Junto al psicólogo Alejandro Reckmann te contaremos por qué esta tendencia toma tanta fuerza, en especial en tiempos de cuarentena.
Para Alejandro Reckmann, una de las grandes fuentes de estrés y sufrimiento que genera la situación de pandemia, es que algunas “necesidades” muy importantes para cada persona, han ido quedando restringidas por demasiado tiempo. Para muchos, los planes a futuro que se daban por hecho, han quedado pospuestas: Viajar, salir, los cumpleaños, las idas al cine, y en general, la vida como la conocíamos. Esto se traduce en una búsqueda incesante de nuevas actividades que puedan llenar ese “vacío” con el que hoy en día nos encontramos.
“Funcionamos de manera que nuestra energía siempre se va distribuyendo entre nuestras prioridades, y mientras más tiempo una necesidad queda insatisfecha, más energía va acumulando, y luego es muy difícil encontrar satisfacción en otro lado.”
En algún momento, al inicio de la pandemia, muchos pasamos por la “locura” de las clases online: Yoga, boxeo, zumba, y todo tipo de deporte eran ofrecidos, llenando sus cupos a los pocos días por todos aquellos desesperados por tener alguna excusa para mover el cuerpo. Para Alejandro, esto se debe a una sensación de que “hay algo que quiero hacer, y que es muy importante, y no lo puedo hacer”, relacionado principalmente al mantener el contacto con el otro, las familias y amistades.
Sin embargo, no todos lo vivieron de la misma forma: En su consulta encontró desde aquellos que se inscribieron a todo tipo de deportes, hasta gente que comentó haber “comprado todo lo que había en el Marketplace”. Y es que, ante ese impulso de ansiedad, algunos fueron directo a su cabello.
Desde la psicología, Alejandro se detiene en un punto interesante: “El empezar a mezclar el espacio privado (nuestras casas) con el espacio público (la oficina o la calle) hace que nos podamos liberar de ciertos aspectos respecto de las apariencias.” Después de la ola de bromas al respecto, la costumbre de estar vestido formal solo desde la cintura hacia arriba se ha vuelto muy común entre las personas. Nos preocupamos menos de la imagen -comenta el psicólogo- y esto se transforma en una interesante oportunidad: Podemos arriesgarnos al cambio.
Nuestra identidad se define en base a los vínculos, en base a “el otro”. Cuando este vínculo no está, debido a la contingencia, esta definición identitaria que reflejamos en los otros pierde su forma tan definida. Y aquí nace esta nueva oportunidad -o más bien libertad- de ser “tú mismo”, de probar nuevas cosas. El mismo Alejandro lo ha visto en su consulta: Pacientes rapados, o que realizan cambios en su aspecto, sabiendo que, en caso de arrepentirse, es posible disimularlo a través de una videollamada que perfectamente podría tener la cámara apagada.
Pero, ¿por qué vamos directo al cabello?“En distintas culturas, el cabello cumple un rol importante en la identidad, y además, es lo más fácil de cambiar. Es un cambio que no es físicamente doloroso.” nos comenta el psicólogo. El cortarse el cabello, es una forma de moldear nuestra identidad, de probar nuevas cosas y darle una nueva forma al “cómo nos vemos” en el día a día. “Un escultor no destruye una roca, sino que le da forma. Es un acto más creativo que destructivo, de aparición más que desaparición”.
La pandemia sin duda nos ha dejado cicatrices emocionales que difícilmente estamos aprendiendo a trabajar, poco a poco, cada uno de nosotros.“Es una situación emocionalmente mucho más difícil de lo que podemos dimensionar.” comenta Alejandro. “Estoy súper convencido de que, lo que más nos duele, es no poder hacer lo que queremos. Más que el hacer ‘muchas cosas que no queremos’, es el estar privados de lo que necesitamos, y eso, naturalmente, nos hace sentir mal.”
Para muchos psicólogos, esto ha sido un tema en general. La angustia de la impredictibilidad y la culpa de la postergación ha llevado a muchas personas al borde de su psiquis, y saber manejarlo -siempre con la ayuda de un profesional- es muy importante para poder hacer del día a día un espacio más llevadero. Como sociedad, estamos muy condicionados a culparnos por sentirnos mal, a pensar que si “todo está bien” en casa, “no debería sentirme mal”. Y es que, aquella idea provoca culpa.
Alejandro es tajante con su opinión, dejando un mensaje claro y contundente: “Hay que entender que estamos mal, y tratar así de ser cariñosos con nosotros mismos, permitirnos más cosas, comer lo que nos gusta, darnos un descanso. Pero siempre asumiendo que no vamos a sentirnos satisfechos y que no podremos encontrar aquello que nos deja completamente aliviados, porque está ‘allí afuera’ y por ahora, no podemos salir. Pero entender eso nos permite una exploración, y una de esas alternativas, es el cabello.”
Para el psicólogo, es muy importante, tras el cambio de look, pensar en una cosa: ¿Qué mensaje quieres que se vea en tu cambio? ¿Hay alguna otra forma de transmitirlo?
En la contingencia, la falta de contacto con nuestros seres queridos nos ha limitado la capacidad comunicativa que teníamos antes. Faltan los abrazos, los cariños y las miradas que nos conectaban, así como también la sensación de protección que nos entrega la presencia de alguien más. Tras esto, es importante preguntarse: ¿Qué necesitas?
Tal vez ese corte de cabello no es más que un mensaje ante el resto en forma de llamado de atención, protesta, o simplemente, una forma de comunicar que estás bien, que te sientes libre. Sea cual sea el mensaje, desde la psicología, la recomendación es siempre preferir los mensajes explícitos. “Aprovecha el momento para tomar conciencia y pensar qué te puede estar haciendo falta comunicarle al resto. Es parte de entendernos en nuestra fragilidad y vulnerabilidad de lo que estamos pasando. Quizás, necesitamos el corte de cabello para salir adelante.”