El sexo sensitivo, deriva de la focalización sensorial, ayuda a mejorar la comunicación en la pareja, a aumentar el disfrute, disminuir la ansiedad de rendimiento de las relaciones y elevar el deseo sexual.
En esta época de tecnología en donde debemos estar al día en todos los ámbitos, teniendo que competir y ser creativos para salir adelante y lograr los estándares que se nos exigen en las distintas áreas, señala la directora del Centro Miintimidad, Odette Freundlich, la sexualidad no se queda atrás, presentándonos nuevas técnicas para un mejor rendimiento y disfrute.
“Lamentablemente, en esta generación de cansancio, el tiempo es escaso y los minutos cuentan, muchas parejas tienen encuentros sexuales sólo los fines de semana y la duración de ellos es bastante breve, persiguiendo el objetivo de conseguir orgasmos en el menor tiempo posible, enfocándose casi exclusivamente en los genitales y el coito”.
Este tipo de práctica sexual, ha generado frustración y angustia en las parejas, creando desconexión y falta de complicidad en ellas.
Cuando ahondamos en las prácticas sexuales, estas parejas toman conciencia de que su foco ha estado centrado solamente en el coito, en ir directo a los genitales, olvidándose del resto del cuerpo.
Muchas parejas expresan gran satisfacción y placer al haber practicado esta “nueva técnica” de encuentros eróticos, en donde se pone el foco en los sentidos del cuerpo y no en el coito, llamada sexo sensitivo.
Volver al cuerpo
Masters y Johnson, propusieron en los años 70, una técnica llamada “Focalización Sensorial” y consiste en aprender a identificar y tomar conciencia de las sensaciones corporales propias y las de la pareja, en un ambiente adecuado, sin apuro, tocándose, no como un masaje de relajación, ni de excitación, sino sintiendo el cuerpo de la pareja, de forma alternada y luego caricias mutuas, sin esperar ningún logro (orgasmo, excitación, erección).
El sexo sensitivo propone volver al cuerpo, explorar los sentidos, la textura de la piel, los olores, darse el tiempo necesario para sentir, para descubrir nuevas zonas erógenas, conectarse con el momento presente, tocarse con el objetivo de conocer el cuerpo de su pareja, percibir las sensaciones que generan en él o ella, dejando los genitales y el coito solo para la fase final del encuentro.
Ayuda a mejorar la comunicación en la pareja, a aumentar el disfrute, disminuir la ansiedad de rendimiento de las relaciones y elevar el deseo sexual, permitiendo volver a conectarse íntimamente con el propio cuerpo, con el de la pareja, con la capacidad de sentir, de dar, recibir y experimentar placer.
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