“Le van a ojear a la guagua”, decían las señoras cuando éramos niñas y es una creencia que sigue intacta en muchas partes de nuestro país. Al crecer, nos fuimos poniendo más escépticos y lo dejamos como sólo una creencia de las abuelas. Pero ¿existe realmente el mal de ojo?
¿Qué es el mal del ojo?
“El mal de ojo si existe y viene desde la envidia, es “mirar mal”, de ahí el nombre de Mal de Ojo, ya que es a través de nuestros ojos desde donde sale toda nuestra energía y cuando una persona hace un mal de ojo, vuelca todo lo negativo que siente y que es, a través de su mirada. La envidia escapa desde ahí a la otra persona”, explica Katherina Ceriani, terapeuta del centro de terapias integrales Complettitud www.completittud.cl.
La terapeuta señala que existen distintos tipos de Mal de Ojo y sus niveles se relacionan con la energía negativa que se transmite y de qué forma se hace.
“Esta primero el Mal de Ojo como envidia, un sentimiento que la persona tiene hacía otra y que se traspasa en forma de pensamiento. También están las maldiciones verbales, que como su nombre lo indica es un “mal decir” y que tiene relación con que alguien te diga algo negativo y en eso lance una gran carga de energía negativa. Finalmente están los conjuros, que es más rebuscado y muestra la dedicación de una persona y la concentración de esta en enviarte una energía negativa con el fin de hacer daño. En estos de conjugan la cabeza y el corazón, que se unifican con algo negativo, lo que no sólo se piensa, si no también se dice y se envía”.
¿Cómo reconocer el mal de ojo?
Los receptores de estos “Mal de Ojo” pueden ser niños o adultos. Entre los primeros, los podemos identificar, por ejemplo, en las guaguas, cuando se ponen muy inquietas, no pueden dormir por las noches, sufren de alergia, vomitan, lloran sin parar y sin razón. “Nuestras abuelas lo asociaban con el llamado “empacho”, como lo reconocían en décadas pasadas. Esto sí, debe presentarse como algo repentino y no común, no es algo que estás acostumbrado a vivir, no es constante, es algo que se presenta sin razón y de un momento a otro”.
En los adultos, se puede identificar cuando a alguien le comienza a ir mal de la nada, se sienten muy agotados, sienten dolores de cabeza e incluso mareos. Las personas que constantemente piensan en forma negativa tienen muchas penas, mucho dolor y son más vulnerables emocionalmente, tienden a atraer estas energías negativas. Pero también, es probable que se vean afectados quienes, por su linaje familiar, presentan magia negra entre sus ancestros, ya sea enviada o recibida, la que queda rebotando como energía y se posa luego en el más débil.
¿Cuál es la solución?
La solución, está en nuestras manos, explica Katherina Ceriani, del centro Complettitud. “Siempre culpamos al otro de lo que nos ocurre, pero también somos nosotros quienes tenemos y debemos hacernos responsables de nuestra vida y de nuestra energía. Para solucionarlo debemos empoderarnos, y saber que tenemos la fuerza para disolver cualquier tipo de energía negativa que llegue a nuestras vidas. Tener pensamientos y actuar de manera positiva, reformar nuestra energía. Sólo podemos atraer lo conocido a nuestra vida, lo conocido desde lo consciente y lo inconsciente, por lo que debemos manejar nuestros pensamientos y atraer lo positivo”.
También existen amuletos, que sirven para atrapar esta energía negativa, pero cuando la energía ya la tienes, no basta un amuleto, porque ellos detienen el “Mal de Ojo” no lo sacan de tu vida. “Un ritual que te ayudará es prender una vela blanca, y una vela negra y decirle a la vela negra que saque lo negativo que hay en ti y a la vela blanca que incorpore en ti la fuerza, la consciencia y el amor. Las prendas al mismo tiempo, y luego los restos de la vela negra lo botas lejos de tu casa. Esto sirve, pero siempre recuerda que el mayor amuleto o el mayor ritual está en ti”.
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